Instalación de un sistema de biodigestores

Instalación de un sistema de biodigestores

En el establecimiento Cabañas Argentinas del Sol, en Marcos Paz, se instaló un sistema de biodigestores que permite eliminar el problema de la polución y obtener energía.

¡Sí, esto está pasando en la Argentina! A apenas 50 kilómetros de Buenos Aires, en Marcos Paz, un criadero de cerdos resolvió el grave problema de la bosta produciendo biogás. Tres enormes globos de polivinilo despiertan la curiosidad de todo el mundo. Ahora no hay más olores, los vecinos y los trabajadores de la granja están más contentos, y recupera nutrientes (fósforo, potasio, etc.) para devolverlos al campo. Pero lo más interesante es que ahora prácticamente se autoabastece de energía.

Hugo García es el responsable del criadero de Cabañas Argentinas del Sol. Desde que se instaló, hace 10 años, no dejó de crecer. Ahora cuenta con 1.200 madres, tras la reciente decisión de expandirlo un 30%. Es un planteo de ciclo completo, sacando capones de 100 kilos. La población instantánea permanente es de unas 10.000 cabezas. ¡Todas bosteando!

La población instantánea permanente es de unas 10.000 cabezas. ¡Todas bosteando!

“Me volvía loco el manejo del estiércol”, exclama Hugo, un ex vendedor de alimentos balanceados que conoce el negocio del cerdo desde hace 30 años. “En localidades como Marcos Paz, y más estando tan cerca de la ciudad, la única manera de seguir adelante era encontrarle una salida”. Empezó a experimentar solo, metiendo bosta en un recipiente y cerrando al vacío. Comprobó que se producía gas. “Lo metí en un globo, y andaba con el globo por todos lados. En la cabaña pensaban que me había vuelto loco. De noche me metía en Internet y buscaba por todos lados, y ahí encontré que en Brasil se había avanzado mucho. Entonces me fui para allá y encontré la solución que buscaba”.

García tomó contacto con la gente de Sansuy, una textil instalada en el centro del estado de San Pablo. Se especializan en telas de polivinilo, y desarrollaron un material adaptado a los líquidos y gases orgánicos. Proveen a cientos de criaderos de cerdos y ofrecen sistemas para engorde intensivo de novillos y tambos.

 

El inicio

Hace dos años instaló los dos primeros digestores, de 250 metros cúbicos. “Aprendí a manejar el sistema, pero no sabía qué hacer con el biogás. Simplemente lo prendía fuego porque se acumulaba a toda velocidad. Me di cuenta que el sistema funcionaba, y entonces encaré la cosa a fondo”. ¿Qué hizo? Trajo un biodigestor grande, de 1.750 metros cúbicos. Y armó una red de gas que ahora le permite abastecer una planta de desactivación de soja, calefaccionar los galpones y generar electricidad a través de un motor F100 convertido a gas.

Hace dos años instaló los dos primeros digestores, de 250 metros cúbicos. "Aprendí a manejar el sistema, pero no sabía qué hacer con el biogás. Simplemente lo prendía fuego porque se acumulaba a toda velocidad.

Antes, la planta de soja desactivada se abastecía con gas de tubo. “No la recargo más, ahorramos 10.000 pesos por mes”, asegura. La planta (provista por Monti, de Inriville) consta de dos hornos rotativos, que giran sobre un par de mecheros que exhiben generosas llamas azules. Desactivan 20.000 kilos por día, que es la cantidad que consumen en la cabaña.

“Antes empleábamos harina de soja, que comprábamos. El problema era que venía despareja. No podíamos hacer análisis partida por partida, así que nos dábamos cuenta que era mala cuando los animales no adelantaban. En cambio, con la soja sabemos que la calidad es uniforme, porque toda tiene el mismo contenido de aceite, la misma composición de aminoácidos, y no viene ni con afrechillo ni nada. Es soja.”

La desactivación de la soja es un proceso térmico que procura la eliminación del "factor anti tripsina", un componente de la proteína de soja que afecta su digestibilidad, en especial en monogástricos.

La desactivación de la soja es un proceso térmico que procura la eliminación del “factor anti tripsina”, un componente de la proteína de soja que afecta su digestibilidad, en especial en monogástricos. La soja tratada entra en un 17 a 20% de la ración. El resto es maíz y un poco de harina de carne, más el núcleo que él mismo elabora echando mano a su experiencia en el negocio de balanceados. El empleo de soja entera desactivada no le baja el rendimiento ni afecta la calidad de los cerdos. “Siempre estamos entre los primeros en el frigorífico Pompeya, que faena 8.000 cerdos por día”, asegura.

 

Calefacción

El segundo gran uso del biogás es el sistema de calefacción. Colocó un par de calefones, en serie, donde calienta el agua que luego circula por las pistas de engorde por un sistema de losa radiante. “La diseñamos y construimos nosotros mismos -dice orgulloso- y nos funciona perfecto”. Las tuberías están tendidas a lo largo de los galpones, en el exterior, y recubiertas con material aislante así el agua no pierde temperatura.

El tercer destino del biogás es el que está implementando ahora: un motor V8, de los que abundan y casi sin uso, acciona un generador de 50 KVA. Lo armó un taller de la misma Marcos Paz. “La idea es hacerlo trabajar de noche, cuando la electricidad es mucho más cara”, dice Hugo. La necesitan para las mantas térmicas de las parideras, que son eléctricas.

El segundo gran uso del biogás es el sistema de calefacción

García y sus muchachos se dan maña para todo. Ahora están terminando un galpón nuevo, que se destinará a las abuelas ya que quieren producirse sus propias madres. Construyeron hasta las cabreadas para los galpones. Tienen una mesa de trabajo con un dispositivo de armado y soldadura. También se fabrican las parideras y los comederos de acero inoxidable. En este nuevo galpón, todo está pensado para el manejo eficiente de la bosta. “Es más fácil empezar de cero que ir arreglando lo que ya está hecho”, razona.

La cuestión es recoger la bosta sin complicaciones. La mejor alternativa es el piso ranurado, que permite que el estiércol y la orina se cuelen a la fosa de material. Por pendiente, esta fosa drena en un canal colector, que es una zanja revestida en geomembrana, del mismo material del biodigestor. Esas zanjas llevan las heces hasta el biodigestor. Una pequeña pileta colectora es la antesala del ingreso de la bosta a la pileta. Se la alimenta diariamente, y un sistema de agitación hidráulico remueve los sedimentos para incrementar la eficiencia de la producción de biogás. Toda la materia orgánica desaparece, convertida en metano y dióxido de carbono. El líquido remanente drena hacia una pileta abierta, que es una fosa recubierta por geomembrana. Es una excelente fuente de nutrientes, en especial fósforo. Tanto que para regar con este líquido, primero hay que diluirlo.

Así las cosas. Hace mucho que se viene hablando de biodigestores. Pero había que verlo, funcionando en condiciones locales. Ahora lo vimos. Funciona.

 

¿Que es un biodigestor?

A este sistema también se le conoce como: Digestor anaeróbico, reactor anaeróbico, reactor biológico o simplemente digestor. Viene a ser un deposito cerrado, cámara cerrada, donde ocurrirá la descomposición de la materia orgánica (estiércol de animales, desechos vegetales, desechos humanos) en condiciones anaeróbicas (sin la presencia de oxigeno), producto de esta descomposición (fermentación) se producirá biogás y bioabonos.

 

El biogás: composición y formación

El biogás es una mezcla de gases producidos por la fermentación anaeróbica de la materia orgánica (biomasa), cuyos principales componentes son el metano (CH4) y el anhídrido carbónico (CO2).

A este sistema también se le conoce como: Digestor anaeróbico, reactor anaeróbico, reactor biológico o simplemente digestor.

Cuando el biogás está formado por un 60% de metano (CH4) y 40% de dióxido de carbono (CO2) tiene una densidad de 1.22 gr/lt, siendo mas ligero que el aire. El biogás es un gas combustible que arde gracias al metano, produciendo una llama azul, sin formar hollín; tiene un poder calorífico de 4,500 a 5,500 Kcal/m3. El metano también es conocido con el nombre de “gas de los pantanos”; es elemento combustible y proporciona la energía respectiva; 1m3 de metano desprende alrededor de 8,900 – 9,500 Kcal y debido a la concentración de CO2 en el biogás (40%), baja su poder energético a un promedio de 5,000 Kcal.

 

 

Fuente: Clarín

 

Información relacionada

Biorefinería: un generador portátil que convierte la basura en electricidad

Una planta de biogás producirá toda la energía del metro de Monterrey, en México

Bioenergía: Namibia podría abastecerse de energía sólo con sus arbustos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *